ORDEN: Nombre y Apellido - 2da prueba - Promedio final - Calidad.
Lemoos, Camila - 8 - 8 - Eximida
Mettetiere, Lorena - 6 - 8 - Eximida.
Alvez, Lucia - 7 - 8 - Eximido.
Da costa, Sergio - 10 - 10 - Eximido.
Soto, Andrea - 7 - 8 - Eximida
Alvarez, Lucia - 6 - 7 - Eximida
Amarelle, Valentina (No registrate tu nombre en la prueba) - 5 - 7 - Eximida
Villalva, Fernando - 5 - 6- Reglamentado.
Birò, Martin - s/c - 6- Eximido
Peralta, Claudio - s/c No realiza - 8 - Eximido.
La Camera - s/c No realiza - 6 - Eximido.
Me informaron que la 2da sumativa debe quedar archivada en el liceo, no la pueden llevar. Si la pueden pedir para ver.
Deben estudiar las definiciònes de Falacias informales y ver ejemplos. Se equivocaron varios en este punto.
viernes, 10 de junio de 2016
Solo para Nocturno de Liceo Bauzá - Nº6
Programa
analítico sintético de Filosofía.
Grupo
– 5to BA semestral
Liceo
Nº6 “Bauzá” – Nocturno
Profesora:
Daniela Zapata.
Unidad I- Introducción
a la asignatura.
Concepto de espiritu filosófico de Vaz Ferreira.
Características del pensar
filosófico. Problemas y ramas de la filosofía.
Jasper. Comienzo y Origen de
la filosofía. (Duda, asombro y situación límite).
Comienzo de la Filosofía: Hipótesis de
los historiadores: Burnet, Vernant y Conford.
Unidad II –
Gnoseología.
Preguntas guía: ¿Podemos conocer?
¿Cómo conocemos? ¿Podemos confiar en los sentidos? ¿Cómo es valorado el
conocimiento científico? ¿Quién puede conocer?
Platón: “Alegoría de la
caverna”, “Alegoría de la Línea”,
Teoría de la ideas.
Concepto de Realismo
ontológico y epistemológico. Concepto de realismo en el Arte.
Neurociencia: Investigaciones
entorno a la percepción, ¿El mundo es cómo lo vemos?
Aristóteles: Selección de “La
metafísica”. Libro I y II. Valoración de los sentidos. Conocimiento experto y
artístico. Caracterización del sabio, el artista, el experto y el ignorante.
Unidad III – Argumentación.
Materiales elaborados
principalmente desde libro de Raquel Ginovart “Cómo hacer cosas con razones” y
Antony Weston “Las claves de la argumentación”.
Definición de Argumentación.
Cuándo es posible argumentar. Ventajas de aprender a argumentar.
Def. de razonamiento. Definición
de lógica. Diferencia entre verdad y validez. Ejemplos.
Diferencia entre convencer y
persuadir.
Juicio de razón y Juicio de
hecho. Ejemplos.
Detección y elaboración de un
argumento corto.
Definición de Falacia. Clasificación
en formales y no formales.
Trabajamos apelación al
pueblo, apelación a la fuerza, apelación a la autoridad, ad hominem, causa
falsa, apelación a la ignorancia.
Ejemplos de falacia.
Unidad IV – El
sujeto que conoce.
¿Cuáles son las causas de
nuestras conductas? ¿Podemos conocerlas?
Respondemos desde el
condicionamiento operante de Skinner y desde el psicoanálisis de Freud.
Skinner - Def. de conducta.
Reforzamiento negativo y positivo. Motivación extinción. Castigo de escape o
huida y por presentación de elemento aversivo.
Freud – Primer y Segunda
tópica. Concepto de Inconsciente.
Material presente en www.kioscofilosofico.blogspot.com.uy
Alumnos reglamentados: corresponde todas las unidades.
Alumnos eximidos: corresponde rendir la segunda prueba
(Examen) de Unidad III en adelante.
Unidad IV - Freud - Las tópicas.
Unidad IV - Freud - Las tópicas
Tal y como aclaran Jean Laplanche y Jean-Bertrand
Pontalis en su "Diccionario de Psicoanálisis" Tópica
hace referencia a una "Teoría o punto de vista que supone una
diferenciación del aparato psíquico en cierto número de sistemas dotados de
características o funciones diferentes y dispuestos en un determinado orden
entre sí, lo que permite considerarlos metafóricamente como lugares psíquicos
de los que es posible dar una representación espacial figurada. Corrientemente
se habla de dos tópicas freudianas, la primera en que se establece una
distinción fundamental entre inconsciente, preconsciente y consciente, y la
segunda que distingue tres instancias: el ello, el yo, el superyó".
Primera tópica: consciente,
preconsciente e inconsciente
La conciencia es la cualidad momentánea que
caracteriza las percepciones externas e internas dentro del conjunto de los
fenómenos psíquicos. El término inconsciente se utiliza para connotar el
conjunto de los contenidos no presentes en el campo actual de la conciencia.
Está constituido por contenidos reprimidos que buscan regresar a la conciencia
o bien que nunca fueron conscientes y su cualidad es incompatible con la
conciencia. El 'preconsciente' designa una cualidad de la psique que
califica los contenidos que no están presentes en el campo de la conciencia
pero pueden devenir en conscientes. Los estados reprimidos son aquellos que no
se les puede acceder sin una hipnosis, generalmente son revelaciones a través
de imágenes retenidas durante el tiempo de vida de cada individuo.
Segunda
tópica: el Ello, el Yo y el Superyó
El Ello es la
instancia más antigua y original de la personalidad y la base de las otras dos.
Comprende todo lo que se hereda o está presente al nacer, se presenta de forma
pura en nuestro inconsciente. Representa nuestros impulsos o pulsiones
más primitivos. Constituye, según Freud, el motor del pensamiento y el comportamiento
humano. Opera de acuerdo con el principio del placer y desconoce las
demandas de la realidad.
El Superyó es la parte que contrarresta al ello, representa los pensamientos morales y éticos recibidos de la cultura. Consta de dos subsistemas: la "conciencia moral" y el ideal del yo. La "conciencia moral" se refiere a la capacidad para la autoevaluación, la crítica y el reproche. El ideal del yo es una autoimagen ideal que consta de conductas aprobadas y recompensadas.
El Yo es una parte del ello modificada por su proximidad con la realidad y surge a fin de cumplir de manera realista los deseos y demandas del ello de acuerdo con el mundo exterior, a la vez que trata de conciliarse con las exigencias del superyó. El yo evoluciona a partir del ello y actúa como un intermediario entre éste y el mundo externo. El yo sigue al principio de realidad, satisfaciendo los impulsos del ello de una manera apropiada en el mundo externo. Utiliza el pensamiento realista característico de los procesos secundarios. Como ejecutor de la personalidad, el yo tiene que medir entre las tres fuerzas que le exigen: las del mundo de la realidad, las del ello y las del superyó, el yo tiene que conservar su propia autonomía por el mantenimiento de su organización integrada.
Los papeles específicos desempeñados de las entidades ello, yo y superyó no siempre son claros, se mezclan en demasiados niveles. La personalidad consta según este modelo de muchas fuerzas diversas en conflicto inevitable.
El Superyó es la parte que contrarresta al ello, representa los pensamientos morales y éticos recibidos de la cultura. Consta de dos subsistemas: la "conciencia moral" y el ideal del yo. La "conciencia moral" se refiere a la capacidad para la autoevaluación, la crítica y el reproche. El ideal del yo es una autoimagen ideal que consta de conductas aprobadas y recompensadas.
El Yo es una parte del ello modificada por su proximidad con la realidad y surge a fin de cumplir de manera realista los deseos y demandas del ello de acuerdo con el mundo exterior, a la vez que trata de conciliarse con las exigencias del superyó. El yo evoluciona a partir del ello y actúa como un intermediario entre éste y el mundo externo. El yo sigue al principio de realidad, satisfaciendo los impulsos del ello de una manera apropiada en el mundo externo. Utiliza el pensamiento realista característico de los procesos secundarios. Como ejecutor de la personalidad, el yo tiene que medir entre las tres fuerzas que le exigen: las del mundo de la realidad, las del ello y las del superyó, el yo tiene que conservar su propia autonomía por el mantenimiento de su organización integrada.
Los papeles específicos desempeñados de las entidades ello, yo y superyó no siempre son claros, se mezclan en demasiados niveles. La personalidad consta según este modelo de muchas fuerzas diversas en conflicto inevitable.
Mecanismos de defensa.
Freud define la represión
como un mecanismo de
defensa cuya esencia consiste en rechazar y mantener alejados de la
consciencia determinados elementos que son dolorosos o inaceptables para el yo.
Estos pensamientos o ideas tienen para Freud un contenido sexual. La represión
se origina en el conflicto psíquico que se produce por el enfrentamiento de
exigencias internas contrarias entre un deseo que reclama imperativamente su
satisfacción y las prohibiciones morales. El yo se defiende del dolor que causa
la incompatibilidad reprimiendo el deseo.
En los sueños opera la condensación. Varios elementos presentes en el sueño latente se conjugan, se unen en un mismo elemento; pueden ser fragmentos de imágenes, frases o trozos de ideas. Estos fragmentos de vivencias siempre estarán unidos de alguna forma por elementos comunes, que los relacionan y aparecen durante el análisis por medio de la asociación libre. Un ejemplo de condensación se da cuando soñamos con una persona que reúne rasgos de diferentes personas, a veces se presenta como una persona determinada y de pronto se convierte o desempeña el papel de alguna otra más.
El desplazamiento, que también se presenta en los sueños, consiste en que la intensidad, la importancia y la cantidad de afecto de algunas ideas se desplaza hacia otras de manera que puede mostrar como importante algún elemento que en realidad es superfluo y, por el contrario, mostrar como imprecisos y sin importancia elementos importantes que por lo general corresponden a recuerdos de la infancia. El desplazamiento es el proceso que más influye en ocultar el sentido latente del sueño. Cuanto más confuso y oscuro es un sueño, más ha sido influido por el desplazamiento.
En los sueños opera la condensación. Varios elementos presentes en el sueño latente se conjugan, se unen en un mismo elemento; pueden ser fragmentos de imágenes, frases o trozos de ideas. Estos fragmentos de vivencias siempre estarán unidos de alguna forma por elementos comunes, que los relacionan y aparecen durante el análisis por medio de la asociación libre. Un ejemplo de condensación se da cuando soñamos con una persona que reúne rasgos de diferentes personas, a veces se presenta como una persona determinada y de pronto se convierte o desempeña el papel de alguna otra más.
El desplazamiento, que también se presenta en los sueños, consiste en que la intensidad, la importancia y la cantidad de afecto de algunas ideas se desplaza hacia otras de manera que puede mostrar como importante algún elemento que en realidad es superfluo y, por el contrario, mostrar como imprecisos y sin importancia elementos importantes que por lo general corresponden a recuerdos de la infancia. El desplazamiento es el proceso que más influye en ocultar el sentido latente del sueño. Cuanto más confuso y oscuro es un sueño, más ha sido influido por el desplazamiento.
El psicoanálisis emplea el
término pulsión (impulso que tiende a la
consecución de un fin) para el estudio del comportamiento humano. Se denomina pulsión a las fuerzas derivadas de las
tensiones somáticas en el ser humano, y las necesidades del ello; en
este sentido las pulsiones se ubican entre el nivel somático y el nivel
psíquico.
La pulsión es un impulso que se inicia con una excitación corporal (estado de tensión), y cuya finalidad última es precisamente la supresión de dicha tensión.
Hay dos tipos de pulsiones, la pulsión sexual o de vida (Eros) y la pulsión de muerte (Thánatos). Para el psicoanálisis el impulso sexual tiene unas acotaciones muy superiores a lo que habitualmente se considera como sexualidad. La libido es la energía pulsional, y puede presentar diferentes alternativas según esté dirigida a los objetos (libido objetal), o bien se dirija al propio Yo (libido narcisista).
La pulsión es un impulso que se inicia con una excitación corporal (estado de tensión), y cuya finalidad última es precisamente la supresión de dicha tensión.
Hay dos tipos de pulsiones, la pulsión sexual o de vida (Eros) y la pulsión de muerte (Thánatos). Para el psicoanálisis el impulso sexual tiene unas acotaciones muy superiores a lo que habitualmente se considera como sexualidad. La libido es la energía pulsional, y puede presentar diferentes alternativas según esté dirigida a los objetos (libido objetal), o bien se dirija al propio Yo (libido narcisista).
Sigmund Freud: justificación del concepto de lo inconsciente.
Desde muy diversos sectores se nos ha discutido el derecho a aceptar la existencia de un psiquismo inconsciente y a laborar científicamente con esta hipótesis. Contra esta opinión podemos argüir que la hipótesis de la existencia de lo inconsciente es necesaria y legítima, y, además, que poseemos múltiples pruebas de su exactitud. Es necesaria, porque los datos de la conciencia son altamente incompletos. Tanto en los sanos como en los enfermos surgen con frecuencia actos psíquicos cuya explicación presupone otros de los que la conciencia no nos ofrece testimonio alguno. Actos de este género son no sólo los actos fallidos y los sueños de los individuos sanos, sino también todos aquellos que calificamos de un síntoma psíquico o de una obsesión en los enfermos. Nuestra cotidiana experiencia personal nos muestra ocurrencias cuyo origen desconocemos y conclusiones intelectuales cuya elaboración ignoramos. Todos estos actos conscientes resultarán faltos de sentido y coherencia si mantenemos la teoría de que la totalidad de nuestros actos psíquicos ha de sernos dada a conocer por nuestra conciencia y, en cambio, quedarán ordenados dentro de un conjunto coherente e inteligible si interpolamos entre ellos los actos inconscientes que hemos inferido. Esta ganancia de sentido constituye, de por sí, motivo justificado para traspasar los límites de la experiencia directa. Y si luego comprobamos que tomando como base la existencia de un psiquismo inconsciente podemos estructurar un procedimiento eficacísimo, por medio del cual influir adecuadamente sobre el curso de los procesos conscientes, este éxito nos dará una prueba irrebatible de la exactitud de nuestra hipótesis. Habremos de situarnos entonces en el punto de vista de que no es sino una pretensión insostenible el exigir que todo lo que sucede en lo psíquico haya de ser conocido por la conciencia. [...]
El nódulo del sistema Inc. está constituido por representaciones de instintos que aspiran a derivar su carga, o sea por impulsos de deseos. Estos impulsos instintivos se hallan coordinados entre si y coexisten sin influir unos sobre otros ni tampoco contradecirse. Cuando dos impulsos de deseos cuyos fines nos parecen inconciliables son activados al mismo tiempo, no se anulan recíprocamente sino que se unen para formar un fin intermedio, o sea una transacción.
En este sistema no hay negación ni duda alguna, ni tampoco grado ninguno de seguridad. Todo esto es aportado luego por la labor de la censura que actúa entre los sistemas Inc. y Prec. La negación es una sustitución a un nivel más elevado de la represión. En el sistema Inc. no hay sino contenidos más o menos enérgicamente catectizados.
Reina en él una mayor movilidad de las intensidades de carga. Por medio del proceso del desplazamiento puede una idea transmitir a otra todo el montante de su carga, y por el de la condensación acoger en sí toda la carga de varias otras ideas. A mi juicio, deben considerarse estos dos procesos como caracteres del llamado proceso psíquico primario. En el sistema Prec. domina el proceso secundario. Cuanto tal proceso primario recae sobre elementos del sistema Pres., lo juzgamos «cómico» y despierta la risa.
Los procesos del sistema Inc. se hallan fuera del tiempo esto es, no aparecen ordenados cronológicamente, no sufren modificación ninguna por el transcurso del tiempo y carecen de toda relación con él. También la relación temporal se halla ligada a la labor del sistema Cc.
Los procesos del sistema Inc. carecen también de toda relación con la realidad Se hallan sometidos al principio del placer y su destino depende exclusivamente de su fuerza y de la medida en que satisfacen las aspiraciones comenzadas por el placer y el displacer.
Resumiendo, diremos que los caracteres que esperamos encontrar en los procesos pertenecientes al sistema Inc. son la falta de contradicción el proceso primario (movilidad de las cargas), la independencia del tiempo y la sustitución de la realidad exterior por la psíquica.
__________________________________________________
Metapsicología: lo inconsciente, en Obras completas, Biblioteca Nueva, Madrid 1968, Vol. I, p.1052-1061.
Sigmund Freud: instinto de vida, instinto de muerte
En nuestro estudio Más allá del principio del placer desarrollamos una teoría que sostendremos y continuaremos en el presente trabajo. Era esta teoría la de que es necesario distinguir dos clases de instintos, una de las cuales, los instintos sexuales, o el Eros, era la más visible y accesible al conocimiento, e integraba no sólo el instinto sexual propiamente dicho, no coartado, sino también los impulsos instintivos coartados en su fin y sublimados y derivados de él, y el instinto de conservación, que hemos de adscribir al yo, y el que opusimos justificadamente, al principio de la labor psicoanalítica, a los instintos objetivos sexuales. La determinación de la segunda clase de instintos nos opuso grandes dificultades, pero acabamos por hallar en el sadismo su representante. Basándonos en reflexiones teóricas, apoyadas en la biología, supusimos la existencia de un instinto de muerte, cuya misión es hacer retornar todo lo orgánico animado al estado inanimado, en contraposición al Eros, cuyo fin es complicar la vida y conservarla así, por medio de una síntesis cada vez más amplia de la sustancia viva, dividida en particular. Ambos instintos se conducen en una forma estrictamente conservadora, tendiendo a la reconstrucción de un estado perturbado por la génesis de la vida; génesis que sería la causa tanto de la continuación de la vida como de la tendencia a la muerte. A su vez, la vida sería un combate y una transacción entre ambas tendencias. La cuestión del origen de la vida sería, pues, de naturaleza cosmológica, y la referente al objeto y fin de la vida recibiría una respuesta dualista. (El yo y el ello, IV (Obras completas, 3 vols., Biblioteca Nueva, Madrid 1968, vol. 2, p. 21-22).
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